Opinión
Poco a poco la violencia se comienza a apoderar la escena política. Y no solo la física, sino también la verbal que es otra forma de ejercerla. Un claro ejemplo de ello fue lo que sucedió en inmediaciones del obelisco con el móvil de C5N. Y si bien existieron algunos sectores opositores al gobierno nacional y local que repudiaron el ataque sufrido por el responsable del Facebook Mercedes Noticias conjuntamente con el sufrido por el reportero del canal de noticias; los mismos distan mucho.
Que se entienda: no se defiende a ningún violento, sea cual sea su color político. Pero no se puede equiparar un ataque a la prensa con lo que denunció que le sucedió al supuesto responsable del citado Facebook. Ese desmán debería formar parte de las noticias policiales y no de las políticas.
El supuesto responsable de NoticiasMercedes no ejerce el periodismo. Se puede decir que es un buen escritor y hasta un interesante opinólogo, pero no cumple reglas mínimas de establecer de donde profiera las supuestas denuncias sobre existencia de corrupción, o la versión totalmente infundada que el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof estaría alojado en la quinta en Mercedes. Son denuncias falaces, sin ningún tipo de asidero y por su condición de “facebookero” ni siquiera hay chances de replicarlo, más que a través de comentarios en el propio perfil.
Y también –vale decirlo- ejerce una violencia verbal desmedida que es aplaudida por quienes con justo derecho están en contra de las medidas del gobierno nacional, provincial y municipal. Se insiste: para nada se justifica la violencia física como una forma de responder a los agravios verbales. El hecho –si existió- merece la desaprobación como cualquier acto violento.
No se trata de hacer periodismo de periodistas por cuanto esta supuesta víctima de la agresión no estaría cumpliendo algunas de las reglas básicas del ejercicio de la profesión.
En este orden de ideas, vale destacar que a la fecha no existe ninguna medida nacional que haga peligrar el ejercicio de la profesión. El periodismo no es pues sinónimo de impunidad, ni de inmunidad ante la justicia. La investigación que hoy se realiza sobre un conocido comunicador televisivo en nada tiene que hacer presumir la existencia de un complot para perseguir opositores. Quienes claman y se rasgan las vestiduras por la independencia de los poderes, y por una justicia independiente deberían pues dejar actuar a la justicia antes de dar por sentado la existencia una conspiración para callar a la prensa.
La existencia del facebookero demuestra que en la actualidad que la posibilidad de emitir opiniones hasta desmesuradas no están vedadas a nadie. Aunque si sería bueno que todos
tengan la madurez de escuchar a quien opina diferente sin que ello genere un ataque de ira. Y también sería bueno que los emisores no busquen generar la ira con provocaciones pueriles.
